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Tuesday 23 May 2017

Manchester, memoria como factor de resistencia

Fue una noche triste la del lunes pasado para Manchester, ciudad al norte de Inglaterra. El ataque terrorista de Salman Abedi se refiere al joven de 22 años, nacido en Manchester, sus padres son en teoría refugiados de Libia. La media conservadora británica lo caratula constantemente de “hombre”, mientras trata de “jóvenes” a sus víctimas.  Aunque ese punto hay que discutirlo más abiertamente, ya que se trata de jóvenes, jóvenes terroristas, y por otro lado víctimas jóvenes, el hecho puntual es el trauma social desde el ataque suicida de Salman.

Cuando hay una fractura social traumática, un punto de resistencia no es la negación de la realidad. Se trata de evaluar el presente desde la memoria colectiva como algo transcendental que permite a la colectividad establecer que la identidad social no se reduce a un solo evento. Y Manchester tiene mucha historia como para encerrarla en ese hecho puntual de la bomba casera que detonara Salman. La memoria colectiva asegura (aunque se disputa) que el pub The Crescent, en la calle Massey Street, al norte de Manchester, en la zona de Salford Crescent, fue donde Karl Marx y Friedrich Engels discutieron la revolución y la teoría del Comunismo. Aunque se discuta la veracidad de ese hecho, es innegable que Marx visitaba a Engels en sus viajes de Londres a Manchester, y sus charlas eran exclusivamente una crítica al capitalismo. Ese es uno de los tantos ejemplos de cómo la memoria colectiva es un fuerte de resistencia, porque todos los cambios del siglo 20, las movidas nacionalistas desde Lenin, le deben mucho a Manchester, y Manchester no duda de su importancia en la política internacional.

22 muertos, 59 heridos, más de 240 llamadas de emergencia, 60 ambulancias, 400 policías, y las compañías de taxis que ofrecieron servicios gratis para ayudar, fueron algunos de los efectos observados después del ataque suicida de Salaman Abedi, de 22 años. Un joven que con una bomba casera espera como una hiena a la salida del estadio Arena de Manchester después del concierto pop de Arania Grande. La muerte de su fan de 8 años, Saffie Rose Roussos, a pesar de ser verdad, enmarca la situación como un ataque a la juventud. Eran la mayoría adolescentes, muchos viajaron horas y esperaron meses para ir a ese recital. La media de Eslovenia publica que hubo dos Twitters, uno horas antes del ataque que decía "Manchester va a pagar", y el otro después del ataque diciendo si se olvidaron de los niños asesinados de Siria. Es el ojo por ojo y diente por diente el tema, que de justicia no tiene nada y de trauma tiene todo.

El trauma social que durará lo que dure la historia Mancuniana, como le dicen a la gente de Manchester. La historia y el tiempo que transcurre no curan el trauma, porque el trauma no tiene cura. El trauma es una situación social en donde el tiempo no tiene sentido. Lo único que tiene sentido es el dolor, porque es lo único que sienten hoy los mancunianos. 

Manchester es una ciudad de unos 2 millones de habitantes, al norte de Inglaterra, en auto a tres horas y media de Londres, o cuatro si el conductor decide descansar unos minutos en los bares de las estaciones de servicio. Viví en Brighton entre el 2004 y el 2009, y visitaba seguido Londres. En Brighton y en Londres no se habla mucho con la gente, hablar con desconocidos es raro, o se considera raro. En cambio, el norte es más amistoso con el viajero, la gente de Manchester no tiene nada en común con la parte sur inglesa. En su submundo hay una base de diversidad cultural que no tiene parecido con ninguna otra ciudad de Inglaterra. Se puede hablar con la gente sin problemas. El trauma que hoy viven es muy triste y me trae memorias. Aunque la memoria es la base del trauma, es bueno usar la memoria para resistir la triste realidad. 

Escuchaba BBC y cada lugar que mencionaban me traían buenas memorias, pensaba que quería pensar positivo ya que viví en Manchester entre el 2009 y el 2013, fueron 4 años de sentir Manchester (o casi 5). No pude creer que alguien pueda atacar a Manchester, ¿cuál fue la venganza?, ¿Siria?, eso dice el Estado Islámico, aunque ya nadie puede creer en los medios oficiales británicos. Si es o no cierto, la verdad es que el terrorista nació en Manchester. Si la venganza fue por algo que el estado británico hizo, es el mismo estado británico que produce terrorismo en dos ángulos: el internacional con los bombardeos a Syria, y el doméstico ya que no solo el atentado de anoche confirma que algunos "ingleses" son terroristas, sino que la inteligencia británica y la CIA recibieron amenazas de terroristas con acento "mancuniano" varias veces. Pero toda esa historia, esos hechos, no fueron tan fuertes como para borrar mis memorias de Manchester. Pensé que es mi manera de no tratar de encerrarme en una imagen negativa por el ataque reciente. Pero concluí que no es así. No es que uno quiera ser positivo, cualquiera que vive o vivió en Manchester sabe que es una ciudad dinámica, multicultural, con una riqueza humana que no se encuentra en otra ciudad británica. 

Escuchaba en la radio que el ataque fue en el estadio Arena. Fui varias veces a ese estadio. Es inmenso, y la seguridad era muy estricta, y pensé ¿cómo puede ser si tiene una terrible seguridad? Pensé, tal vez fueron varios que de a poco pasaron partes de la bomba casera, pero pensaba eso es muy difícil. Pero hablando con amigos de Manchester, me dicen, no, Salaman (terrorista) esperaba afuera del estadio, y eso tiene sentido estratégico. El verdugo tenía la misma edad de sus víctimas casi, la misma nacionalidad, y nació en la ciudad que lo recordará como el cobarde más grande de su historia. Porque no hay héroes en la historia que se recuerden como grandes próceres por haber matado a una niña de 8 años, no hay historia que acepte que 22 muertos se merecían ese castigo, y no hay moral que justifique semejante acto. Es cierto que es peor el bombardeo de Siria, pero no se justifica la acción de Salaman. Camine tantas veces por estadio Arena, pensaba, cuando escuchaba la radio y miraba TV. Cada imagen que veo me trae memorias, y no es querer pensar positivo, es que Manchester tiene esa fuerza interna que no te permite pensar mal, porque cada mención que hacen de lugares mancunianos me trae memorias positivas. Por ejemplo, los barrios del sur, Fallowfield y Chorlton, en el primero detonaron un explosivo, en el segundo hicieron un allanamiento que termina con la detención de un joven de 23 años. 

Viví en Fallowfield 2 años de los 4 que estuve en Manchester. Es un barrio hermoso, simple, no aparenta lo que no es. Siempre se observan los colectivos Megabus, que llevan mucha gente a la Universidad de Manchester, donde hice mi maestría de relaciones internacionales. Desde Fallowfield a la Universidad hay un cambio drástico religioso, ya que la mayoría son cristianos en Fallowfield. Antes de llegar a la Universidad el pasajero del Megabus se frustra a veces por el tráfico intenso de la tarde. El caos y la elegancia del Curry Mile, que es una milla (simbólicamente hablando) de restaurantes de comida árabe e india, es de religión musulmana por gran mayoría. Hice una investigación antropológica y social de 2 meses, relacionada a la conversión de europeos al islam. Pero para llegar a Chorlton uno tiene que caminar un poco más al sur de Manchester. Chorlton tiene los mejores lugares para tomar café, los mejores bares, y a diferencia de Fallowfield, es un barrio de clase media alta.

Cuando decían los medios: la policía hizo explotar un artefacto explosivo en Fallowfield, me acordaba de mis vecinos, gente tan linda.  El Megabus, el centro de salud, su práctica dental, las pizzerías, las ventas de kebabs, los estudiantes borrachos, el día que fui a ver el mundial y unos cuatros tipos en una mesa me gritaron "The Falklands are British" (Las Malvinas son británicas) cuando entré con mi remera y gorro de Argentina. En Fallowfield eso no se aceptó, porque todo el bar mancuaniano reaccionó en contra de los que me insultaron por ser argentino. Porque Fallowfield, como todo Manchester, protege al extranjero con su amor eterno. Me senté a ver el partido cuando jugaba Inglaterra con Alemania (que perdió), y me senté junto con los ingleses, que no entendían por qué yo soportaba a Inglaterra, y les dije, porque nosotros le ganamos con la mano a Uds., pero no hay mano ni dios que nos ayude con Alemania. 

Escuchaba la radio, y decían el estadio Arena fue atacado, que es en la parte norte de Manchester o la zona posh. Es a unos 5 minutos de la estación Victoria. De noche es cuna de borrachos eso con un humor genial, que se encuentran también en la terminal de colectivos de Picaddilly. La comunidad gay y su cultura que tanto arte trae, los mejores bares y fiestas son de gays. Los mejores restaurantes están en el Northern Quarter, y eso es cerca del estadio Arena. Decían: explotó una bomba, y yo pensé que fui a ver Axel Rose, y muchos otros espectáculos en el Arena. Decían corría la sangre, y yo pensaba, siempre corrió cultura, decían murieron 22, y pensaba cuántos refugiados han sido salvados por Manchester. Yo tenía un gran amigo refugiado en Manchester, y me dijo: la guerra es muy mala. Esa frase me pareció inocente. Pero esa simplicidad no te la dan los que saben (académicos), te la dan los que viven la guerra, ya que él había estado defendiendo la frontera de Somalia. Un día del 2011, el somalí trajo su laptop, y en su foto de fondo había un paisaje paradisíaco con una mujer, los ojos del somalí gigantes, y su fuerza increíble me quedaron en la memoria, dijo: ella es mi mujer, vamos a vivir juntos de nuevo pronto. "La guerra es mala" dijo el somalí, era un ex soldado.

Decían que el ataque a Manchester fue para atacar al opresor inglés, el pirata que nos roba y nos mata (Siria). Trabajé en una agencia de seguridad durante los English Riots, y no fue tanto la policía que frenaba los ataques a negocios, fueron las comunidades mancunianas. Porque mientras todo estaba al revés durante los English Riots, Manchester puso sus valores comunales para enfrentar la crisis social más grande de los últimos años en Inglaterra. Esa crisis fue el producto del sufrimiento de las clases bajas y comunidades excluidas de Inglaterra.  

Porque la guerra económica interna británica interna no es más suave que la guerra que sostienen los británicos en el medio oriente. La gente brotaba de todos lados durante el English Riots en el shopping center Arndale, a unos minutos del estadio Arena. Porque después del ataque de IRA a mediados del 90, se reconstruyó esa zona que hoy es un gran shopping. Pero lo que empieza como regeneración termina en un proyecto de exclusión. Todas las empresas que vinieron a la zona del ataque no contrataron tanto vecinos porque no tenían educación, aumentaron los impuestos por los cambios, subieron los precios de alquileres hasta convertir el Northern Quarter en la zona más cara, y en poco tiempo los vecinos fueron desplazados hacia la periferia del norte mancuniano, sobre todo hacia la zona de Salford Crescent. Porque la pobreza en el Reino Unido se esconde en la periferia. Cada proyecto de "regeneración" terminó en la "degeneración comunal". El mejor ejemplo es Tesco, la cadena británica nacional de supermercados que empezó con la idea de ayudar a los chicos de la calle y con un anexo de ventas de productos baratos de la canasta familiar.

Termina Tesco echando los chicos de la calle que con su pobreza molestaba la "imagen" de Tesco y sus "clientes". Destruye los mercaditos locales que no pudieron sobrevivir la competencia, y en Manchester como en muchas otras ciudades, los vecinos se convirtieron en extranjeros de su propia tierra. El English Riot fue la respuesta de esa irregularidad. La demográfica de los focos de violencia muestra que las zonas excluidas atacaron los centros que expropiaron la decencia comunal. Por eso en Manchester se observó que gran parte de Salford Crescent tenía mucha relación con los involucrados en los English Riots. Pero hoy la culpa es externa, de los terroristas, no es la culpa del estado criminal británico.

La situación es sensible, Theresa May declaró que empezaron la operación "Temper". Es la 3ra vez que se usa esta operación, la primera fue en el 2006 por una bomba líquida en una línea aérea transatlántica, la segunda en el 2007 por un intento de ataque terrorista en un club de Londres. Tristeza en Manchester, gran movida de seguridad en el Reino Unido, y la posibilidad de otro ataque es inminente de acuerdo a las agencias de seguridad del Reino Unido (MI5). Pero mientras la media conservadora se encarga de demonizar refugiados, no menciona cuántos niños fueron asesinados en los ataques cobardes aéreos del Reino Unido a Siria, no menciona que destruyeron Siria, no menciona que el Reino Unido le ha dado la espalda a los que se escapan de sus bombas y termina ahogados en su afán de sobrevivir en Europa, la Europa de derechos humanos que nada hace por Siria, de esa violencia no se habla. Los terroristas son todos los otros, son todos, pero nunca británicos de acuerdo a la media conservadora británica, en particular BBC que se caracteriza por remarcar que eran “refugiados” los padres del terrorista. Justo cuando tanta falta le hace al gobierno británico justificar su negativa de recibir más inmigrantes sirios. Ayudarlos no, pero bombardearlos sí.

 El discurso ahora es: Salaman Abedi nació en Manchester, pero el énfasis es: sus padres son libaneses. Mientras hay un refuerzo de casi 1000 soldados, los arrestos se suman de 3 a 7, la mayoría en la zona sur de Manchester, mi memoria del sur mancuniano se niega a cerrarse en este hecho actual. El sur me recibió con cariño, con la fraternidad mancuniana. Eso es Manchester, es la comunidad más cálida del Reino Unido. 

Saludos


Un cordobés en Escocia.

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