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Sunday, 17 July 2016

Se va la segunda y es oficial


Esta semana en Escocia se confirmó oficialmente un segundo referéndum. La fecha exacta no fue confirmada, pero se confirma que eso pasaría en el primer semestre del 2017 (BBC)

Boriseando: jodienedo de entrada las relaciones internacionales:

La reacción internacional es seria con respecto a Boris Johnson y su nuevo puesto “diplomático” de ministro de relaciones exteriores. Era mejor escupirle la cara a todos los del Eurozone que poner a Boris en este puesto. El candidato no tiene ninguna formación en relaciones internacionales. Oliver Schmidt, un columnista de la media europea, dice: "la media británica no entiende bien. El diario británico The Independent comparte un mapa con todos los países que Boris ha insultado, pero  no incluye a los 27 países de la Unión Europea". El mapa (abajo) tendría que incluir el eurozone que no está en rojo todavía:



Es decir, Boris ha insultado gran parte del globo. Lo raro, en esta ironía de insultos, es que nunca ha mencionado Argentina. Por otro lado, no es claro qué situación van a vivir los ciudadanos europeos radicados desde hace décadas en el Reino Unido. El secretario del Brexit, David Davis, explica la que es lógico que el gobierno británico presione a Europa usando a los europeos radicados en el Reino Unido cuando se negocie el trato de los británicos radicados en Europa continental (BBC).

Escocia: se va la segunda

Toma forma el esperado referéndum escocés el año que viene (BBC). La hipótesis desde la noche dramática del Brexit fue que un referéndum escocés sería en el 2018, pero eso no tendría sentido táctico. La semana pasada fui a la reunión local del SNP (Stirling). Me preguntaron qué pensaba de esta situación, y mi punto de vista desde la política internacional. Como sociólogo y mi trabajo de campo durante el referéndum del 2014, tuve la posibilidad de hacer un hincapié fuerte en el debate.
 Mi pronóstico (hipótesis) fue: Si el SNP espera hasta el 2018 para hacer un referéndum, no tendrá ninguna oportunidad y va a perder. Básicamente, si se considera el control de la media oficial, la facilidad de hacer discursos simples que ocultan la realidad política para manejar la opinión pública, el SNP no va a poder solucionar su problema regional. Un referéndum en el 2018 le asegura al estado británico poder cortar la campaña de un segundo referéndum. En las comunidades y barrios no había seguridad de la propuesta del SNP en el 2014. El Reino Unido encerró al SNP en tres áreas. Primero, el verso de la importancia en Escocia de la Libra Esterlina. Segundo, la mentira de que una independencia sacaría de la Unión Europea a Escocia. Tercero, Alex Salmond, pensaba que tenía soporte de la Unión Europea, y no tuvo mejor idea que decir eso en la media oficial. Desde la Unión Europea no se confirmó el apooyo a una Esccia independiente. Eso desarma la confianza en Salmond en Escocia.


La media Británica y un segundo referéndum escocés

Otro punto que planteo en la reunión del SNP local, fue la guerra de Malvinas y la postura del estado Británico reflejada en la media. El control del consentimiento público, y la postura calma durante los primeros momentos de la guerra. Cuando el Reino Unido, desde Thatcher, empezó a usar la media para dar detalles de Malvinas ya habían ganado la guerra tácticamente. Antes de la guerra, Thatcher hizo un trabajo brillante en las Naciones Unidas, y a pesar de ser odiada tanto por sus políticas de privatización, gano las elecciones. Es trágico entender, concluí, que la "diplomacia" o "hacer las cosas bien", que es la intención del SNP, terminará crucificando su causa. La diplomacia no sirve en una independencia, no se puede ser diplomático en este tiempo. Por ejemplo, un boxeador no va a esperar que su oponente se recupere de un gancho, va a seguir golpeando hasta que el otro caiga, pero no frenaría antes. Es decir, frenar a Escocia de un segundo referéndum por un tema diplomático y negar que hoy es el mejor momento para hacer elecciones, y dejar respirar al estado británcio que está noqueado, es un riesgo que no se puede tomar. Mucho menos cuando se considera lo favorable que es para el SNP la bronca de los escoceses desde el resultado del Brexit. Los escoceces hoy votarían a favor de una independencia casi inmediatamente, y es triste ver cómo, otra vez, una independencia se les escapa de las manos por ser "diplomáticos". Históricamente, la diplomacia nunca a ayudado a un país a ser independiente, y escocia no va a ser una excepción. 

Ser diplomático hoy desde el SNP, solo va a darle mucho tiempo al estado británico de controlar el discurso mediático que opacaría la campaña del SNP. Si el SNP no presiona ahora, el Reino Unido podrá enfocarse en otras regiones de su conflicto doméstico y tratar de frenar la desfragmentación nacional desde el Brexit. El factor más preocupante, aparte de Escocia, es Irlanda del Norte que vota un 56% a favor de se seguir en la Unión Europea. Michaél Martin, del partido de Fianna Fáil, dice que el Bréxit presenta el momento ideal para termina con la partición de la República de Irlanda (Guardian). Es decir, un referéndum en la provincia del norte de Irlanda que sigue bajo la soberanía del monstruo británico es, como en Escocia, otra posibilidad más para poner sobre la mesa.Es necesario dejar la diplomacia hoy, y ser diplomático despues de votar un segundo referéndum, pero no antes. 

Una resolución del contexto internacional y doméstico frenaría todos los intentos de una independencia escocesa. Por otro lado, en Escocia, el patriotismo y nacionalismo son discursos que no sirven para obtener un soporte civil de independencia en este referéndum. Es decir, las elites en escocia quieren una seguridad económica. Quieren independencia sin el sacrificio, quieren cumplir un sueño pero no construyen una realidad política más sólida, quieren el resultado pero no el riesgo de un cambio. Hay miedo, qué dirán los banco, la Unión Europea no estaría interesada en un país que solicite ser miembro si atraviesa una situación social tensa. Cualquier transición es compleja, se esperan bajones, problemas económicos serios, conflictos sociales, etc. Pero Sturgeon es firme en su discurso, ha bajado el telón de una independencia ciega, entendió el miedo de las elites políticas, y se enfrenta calma al periodista de la BBC. Es increíble que un peridista político sugiera a Sturgeon que no sería buena idea apresurar un segundo referéndum (BBC). El periodista vuelve varias veces a este punto, y plantea erróneamente el riesgo y qué inaceptable desde un punto diplomático sería otro referéndum. Sturgeon reacciona a tal punto que dice claramente: "creo que ya te dije esto claramanete varias veces". Es decir, no hay dudas desde la mandataria que otro referéndum no se discute y se hace llegado el caso. Sin embargo BBC, como siempre, cambia lo más que puede el contexto. Gran parte del arguemnto de Sturgeon se pierde por la interrupción y la obsesión del periodista con otro referéndum. Este tipo de manejo mediático es algo fijo, sostenido, institucionalizado, y frena el mensaje. Lo que recuerda el público no es tanto lo que dice Sturgeon sino el juego de palabras de un periodista que de política mucho no entiende.    

Sumando tensiones: el Trident y la política enferma del Reino Unido

Otra tensión entre la primera ministra británica, Theresa May y la ministra escocesa, Nicolas Sturgeon, es el “Trident”. Se estima que renovar la flota de submarinos nucleares (retaliación) es de 295 billones de libras esterlinas (unos 5,798 billones de pesos argentinos) (BBC). Todos los diputados escoceces van a votar en contra de la renovación del Trident, aunque la postura de la oposición del partido laboral está dividida.
Antes de Jeremy Corbyn, el partido laboral estaba a favor del Trident. Pero desde Corbyn es claro que no hay soporte a favor del Trident. Corbyn ha estado en contra de la soberanía ciega del Reino Unido en Falklands-Malvinas. Como expliqué hace unos días, el socialismo de Corbyn no tiene lugar en las políticas conservadoras británicas (ver discusión). Tampoco tienen lugar las ideas del nacionalismo escocés. Entonces el lugar hay que hacerlo. La política escocesa duerme en la calle, y eso es muy perjudicial para el SNP (partido nacional escocés). No se entiende la cautela de Sturgeon, la candidata tendría que ser más ferviente, convencer a la gente, inspirar las masas. Sin embrago, la situación es radicalmente diferente al 2014 (primer referéndum británico). Hay ganas, pero están esperando que venga la carroza, que alguien haga algo, que desde arriba la estructura política escocesa diga qué hacer y cuándo. Aunque en realidad falta mucho para convencer a las comunidades locales de que sí pueden ser una parte instrumental en el cambio político, que tienen el poder de decidir, y hoy eso no es tan claro en las regiones de Escocia.

Aparte de las cadenas de renuncias, del hecho de que los que tendrían que haber estado se fueron (renuncia de los candidatos que estaban a favor del Brexit), y que nadie votó a esta ministra británica (Theresa May), es claro que el único partido político fuerte del Reino Unido es el SNP (que quiere irce). La oposición laborista es inexistente. Se han enfocado a enfermar la política británica. May parece la encarnación de Thatcher, trae todas las intenciones de joder lo más que pueda a los inmigrnates y así poder convencer a las británicos que la culpa no es de los bancos, tampoco es de los conservadores. Por el contrario, la culpa es de los polacos, españoles, italianos, griegos, sirios y quién no. La culpa no es mucho menos de Boris Jhonson, que ha insultado prácticamente todo el globo y hoy tiene que ser ministro de relaciones exteriores, algo que nadie en el mundo cree. Tampo es la culpa de la media que ha enfermado tanto a la gente, el Brexit muestra claramente que discursos tan bajos y superficiales han convencido a muchos con mentiras que no duraron ni 24 horas (por ejemplo Farage dice que se equivocaron y realmente no se puede subsidiar como prometieron la salud pública), la culpa no fue de Cámeron ni de su grupo que no tenían no digo diez o cien pero aunque sea "un plan claro". Nadie se esperaba que el Reino Unido hubiera salido de la Unión Europea en una noche de votos, nadie. 

Hoy a través de "facebook" la que fue expulsada del partido laborista por "hacerle la cama" a Corbyn (el candidato laboristo y más fuerte de ls últimos tiempos en este circo británico) explica que injusto fue que la hecharan (explicación de Thangam Debbonaire). Debbonaire usa dos puntos en ocntra de Corbyn, cáncer y género. Dice que no explicó públicamente por qué no pudo aparecer antes cuando los que votaron a Corbyn la consideraban traidora en la media. Entonces, aunque realmente triste si es que es cierto, porque tiene cancer no se puede decir nada en su contra. Por otro lado, dice que el trato que ha recibido de Corbyn fue muy injusto porque era mujer. Esto apunta a discriminación de género, una discriminación de la mujer en la política interna laborista y que el mayor responsable es Corbyn.  Es decir, porque tiene cancer y fue discriminada, los miles de votantes que soportan la ideología de Corbyn tendrían que entender que es legítimo sacar a alguien que fue votado y que sigue en su mandato representando a esos votantes. La pregunta es, qué lógica hay entre el cancer y el trato personal que ella recibió con Corbyn y la política social de Corbyn. lllegado el caso eso lo hubiera resuelto en una corte y punto. Entonces, resumiendo, Boris que insulta el globo político, May que trae una política racista y conservadora que va a romper con todas las familias inmigrantes posible, y la implosión del partido laborista, sumado a los comentarios "internos" de Debbonaire, muestran que más allá de su enfermedad, lo que realmente está enfermo es todo el contexto político del Reino Unido, a excepción claro del SNP. 


Fotos del sábado pasado:

Abajo, marcha en contra del Trident en Stirling, el grupo de los miembros de municipalidades locales que se unieron a la marcha en contra del Trident en Stirling, y los nuevos logos y diseños del YES2 (segundo referéndum escocés)













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